Casi seguro que todos teneés una tía o un tío favorito, con quien os encantaba ir al parque, al cine, que os viniera a buscar al cole…¿queréis ser así para vuestros sobrinos?
¿Quién no ha tenido una tía o un tío favorito o al que tenga un cariño especial? Ser buenos tíos para nuestros sobrinos es garantizarles un referente, un/a amigo, una segunda madre o segundo padre, alguien en quien se puedan apoyar y confiar sin las reservas que a veces los niños sientes hacia sus padres y madres.
Y es que los tíos jugamos con ventaja 🙂 Venimos descansados, habiendo dormido toda la noche, sabiendo que aunque acabemos agotados podremos reponernos cuando volvamos a casa… todo esto nos permite disfrutar más de los sobrinos por no tener tampoco la responsabilidad directa de educarles.
¿Por qué es bueno para nuestros sobrinos que seamos ese tipo de tío?
- Somos un segundo padre o segunda madre: después de su padre o su madre, el/la niño buscará el referente adulto que más se le parezca. Los abuelos son los abuelos, van aparte 😉 Pero, ¿quién les recuerda a papá o a mamá sin ser ellos? Su tío. Al no tener el cansancio, el agobio y las responsabilidades directas de los padres, nos solemos acercar a nuestros sobrinos con más paciencia, con más atención.
- Somos la novedad: salvo excepciones, los tíos no somos un elemento constante en la vida de los niños, aparecemos y desaparecemos. El día que pasamos con ellos, suelen reclamar nuestra atención y también hacernos caso con más facilidad que a sus padres o madres, simplemente porque saben que al día siguiente no vamos a estar allí.
- Somos mediadores: cuando hay algún conflicto entre los niños y los padres o las madres, los tíos podemos intervenir sin ponernos de parte de ninguno de ellos e intentar buscar una solución que favorezca a todos.
- Somos psicólogos: aunque no estemos allí todos los días, los tíos vivimos el día a día de la familia y podemos ofrecer apoyo o simplemente escuchar a nuestros sobrinos si tienen algún problema que quieran compartir.
- Somos compañeros de juegos: los padres y madres tienen muchas obligaciones como tales que les hacen en algunos momentos dejar en un segundo plano la diversión y los juegos. Por eso los tíos podemos jugar con los niños con más facilidad, llevarlos al cine, al teatro, al museo…
- Somos amigos: no nos ven como a sus padres, pero sí como adultos que les pueden apoyar y ayudar. Además es una amistad desinteresada y segura: los niños saben que no les vamos a fallar y que estaremos ahí siempre para lo que necesiten.
- Somos detallistas: los tíos solemos tener pequeños detalles con nuestros sobrinos que les sacan de la rutina: si vamos a buscarles al cole, le podemos llevar una merienda diferente o unas pegatinas que les encantarán por ser la novedad y romper un poquito con el día a día.
- Somos canguros: bastantes veces los padres recurren a los abuelos y a los tíos cuando van a salir. Los abuelos les dan muchisimo amor, paciencia, cariño…Pero cuando somos los tíos, aportamos ese puntito divertido, gamberro y de improvisación que tanto les gusta a nuestros sobrinos 🙂