Antes de aprender a hablar, un bebé es capaz de dominar cualquiera de las más de 7000 lenguas que hay en el mundo actualmente.
Parece increíble cómo los bebés aprenden a hablar: en un período que va de unos meses a tres años pasan de balbucear a mantener conversaciones sencillas pero fluidas en cualquiera que sea su lengua materna ¿os imagináis aprender una lengua así de rápido y partiendo de cero?
A partir de los 6 meses el cerebro de los bebés se vuelve especialmente sensible a la percepción de sonidos. Al parecer este período de sensibilidad se amplia en niños que escuchan una segunda lengua, que podrían llegar a asimiliar aun otro idioma más de manera casi nativa hasta los 7 años. Así que si sois bilingües no dudéis en hablar a los peques en ambas lenguas.
Pero ¿qué pasa con todos esos “mamamaaaa, papapapapaaaa, hooooola…” que les decimos a los bebés? ¿dificulta su aprendizaje de la lengua el que les hablemos así? Todo lo contrario: esta manera de hablar a los bebés, llamada por los lingüistas madresía o maternés (motherese en inglés) les ayuda a reconocer los sonido principales de su lengua materna y a aprenderla con más facilidad, así que tampoco dudéis en hacerlo.
Los bebés tienen un potencial increíble no solo en cuanto al lenguaje, así que desde aquí os animamos a que paséis todo el tiempo que podáis con ellos para ayudarles a desarrollarlo lo máximo posible.
Fuentes: Investigación y Ciencia/Early languaje learning and the social brain. Patricia K.Kuhl. Cold Spring Harbor Symposia on Quantitative Biology